Historia

El 23 de mayo de 1999, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez se constituyó con la presencia de delegados de 28 estados de la república, que acudieron a esta cita para darle forma a nuestro movimiento y buscar así enarbolar la causa de la educación popular y de calidad, ya que no existía una organización nacional articulada que diera la batalla en este orden. Desde aquel año a la fecha, la FNERRR no ha dejado de trabajar por el mejoramiento de las condiciones de estudio de miles de jóvenes que se mantienen de nuestro lado.

Nos hemos dado a la tarea de interpretar y transformar la realidad de la educación en un país en donde la mayoría de sus habitantes están en condiciones de pobreza y, por tanto, no tienen acceso a derechos esenciales como la educación. Nos hemos convertido en una organización de alcance nacional, siempre enarbolando las banderas que nos dieron origen y que siguen siendo válidas hasta el día de hoy.

En trece años, nuestros logros han sido considerables, pues la fuerza organizada de los estudiantes ha conseguido resolver demandas de todo tipo: Construcción de escuelas y albergues estudiantiles; equipamiento de centros educativos y casas del estudiante con mobiliario, computadoras, utensilios de cocina, despensas, vestuario, utilería e instrumentos para grupos culturales, uniformes y material para la práctica de diversas disciplinas deportivas; apoyos económicos con subsidios alimenticios y becas para estudiantes de escasos recursos, entre muchos otros beneficios.

21 de febrero de 2013

LA DEMANDA EFECTIVA DE EDUCACIÓN


Gerardo Suárez
Vocero nacional de la FNERRR

En 1776, en el amanecer del capitalismo, da a luz La Riqueza de las Naciones -una de las obras más importantes e influyentes en materia económica aún en nuestros días-. Es en esta obra escrita por Adam Smith, donde se plasman las ideas económicas de la clase burguesa en el poder y su justificación ideológica para el libre comercio. Los principios generales de la teoría de Smith serán retomados por la teoría neoclásica que impera en nuestros días, aunque no sin ciertos cambios, y por su concepción más acabada de política económica: el neoliberalismo.

No se pretende aquí hacer una descripción detallada de la obra, sino únicamente resaltar un postulado específico con implicaciones profundas en materia educativa y que pone en evidencia su carácter excluyente en todos los países del mundo, aunque con mayor fuerza en aquellos en que el neoliberalismo es indiscutible. Para Adam Smith, los precios de mercado se establecen mediante la interacción de la oferta y la demanda de las mercancías, pero en el lado de la demanda, no intervienen todos los individuos que quieren acceder al bien (demanda absoluta), sino únicamente los que quieren y pueden comprar “efectivamente” el bien (demanda efectiva). De esta idea se deriva una sola conclusión: las mercancías, en la sociedad capitalista, son para quien puede comprarlas.

Un hecho innegable es que la crisis financiera del 2008 incrementó el problema de exclusión educativa y los índices de desempleo a nivel mundial. Es así que en los últimos años se ha popularizado el término “ni-ni” o NEET (por sus siglas en inglés), para referirse al grupo de jóvenes de 19 a 29 años de edad que ni estudian ni trabajan.

Algunos datos que da la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su estudio titulado Panorama Educativo 2012, revelan que para 2010 en Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo, existía un 15.6% de jóvenes en esta situación. En la Unión Europea, la tasa aumentó en 1.9 puntos porcentuales con respecto al nivel anterior a la crisis, que era del 10.9%, y superó el 15 por ciento en países como Italia, Irlanda y España. Si la estadística para los países más desarrollados del mundo parece abrumadora, lo cierto es que en México las cosas son aún más aterradoras, pues en el mismo estudio, se colocó en el tercer lugar con el 24.4%.


Los postulados de Adam Smith siguen siendo la justificación teórica de las clases altas en el poder para ocultar a los desposeídos, pues en las escuelas de economía de todo el mundo se reza que la demanda sólo está formada por quienes quieren y pueden comprar las mercancías. Es así como en el mercado de la educación, una cuarta parte de los jóvenes en edad de estudiar o trabajar, dejan de ser parte de la demanda efectiva y pasan a ser parte de la demanda potencial. Es decir, que muy seguramente les gustaría poder concluir sus estudios, pero no pueden por falta de recursos.

La Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios se ha lanzado a una franca y abierta lucha en contra del sistema educativo que impera en este país, condición que hoy deja a más de siete millones de jóvenes sin la posibilidad de concluir sus estudios y a otros muchos millones en condiciones educativas de pésima calidad. Durante trece años hemos abanderado las demandas de miles de estudiantes a nivel nacional, sin embrago, la situación actual nos coloca en un tránsito histórico en el que los jóvenes debemos de responder a problemas sociales más profundos. Debemos de ser la vanguardia del pueblo que hoy exige una solución definitiva a sus problemas. La historia nos exige estar preparados para librar esa batalla. Necesitamos una educación de calidad y no excluyente: luchemos por ella, mañana podría ser demasiado tarde.

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